Minibiografias de trabajadores y empresarios vizcainos

El valor de estas minibiografias laborales transcriptas a texto no reside en la información fehaciente y contrastada de los datos aportados por cada uno de los entrevistados sino obtener una base de datos que acumule recuerdos, sensaciones, apreciaciones e interpretaciones totalmente subjetivas de un pasado reciente visto por sus protagonistas desde un enfoque actual.
Para poder ir incrementando el número de testimonios, animo a cualquier persona que quiere trasladar sus vivencias laborales durante este periodo a esta página































BABCOCK WILCOX (Galindo, Sestao)




Me llamo Emilio Ubierza Pérez y vine a este mundo el 21 de noviembre de 1933, en Bilbao. Estudié en la Escuela de Peritos Industriales de La Casilla. Cuando estaba acabando los estudios me llamaron para trabajar como ingeniero en la empresa Babcock Wilcox de Galindo. Se trataba de una empresa de aproximadamente 4.500 trabajadores. En principio me mandaron a la Oficina Técnica. Lo nuestro era realizar el seguimiento de las labores realizadas por los delineantes y la supervisión de la ejecución de la obra en el taller hasta llegar al trabajo final.
Entrábamos a trabajar a las nueve de la mañana, comíamos en el comedor de la fábrica y salíamos a las cinco y cuarto de la tarde. Cuando aquello se trabajaban los sábados. Nosotros, los de la Oficina, no metíamos horas y cuando las metíamos, no nos las pagaban. El primer año percibí 2.800 pesetas al mes, es lo que marcaba la reglamentación de entonces. También había otros emolumentos internos como eran las pagas bimensuales, pagas cada dos meses y unas medias pagas que eran adicionales a ésto.
La Babcock contaba desde 1927 con una escuela de aprendices. Se ingresaba en esta escuela mediante un examen, teniendo preferencia los hijos de los empleados. Luego estos estudios se revalidaban en la Escuela de Maestría de Baracaldo.
Con sinceridad, yo a la empresa la veía como un organismo estatal, para hacer una vida profesional vegetativa. Eran unos años muy buenos, había mucho trabajo y había exceso de personal. La empresa era prácticamente como un organismo oficial, no había posibilidad de superación.
La actividad principal era la fabricación de tubo de acero estirado.Cuando aquello éramos el número uno en España, con una cartera de pedidos fabulosa y una lista de espera del mismo orden. El tubo de acero era nuestro producto estrella. En un segundo orden, estaban las calderas del tipo Tin-blon y las calderas Babcock Wilcox. Y en tercer orden, estaban las grúas, buena parte de ellas se las vendimos a la Junta de Obras del Puerto de Bilbao. Cuando aquello no teníamos prácticamente competencia. En grúas empezaron a salir cuando aquello las de la empresa Urbasa, Elevación y Maquinaria, y también las de IMA. En locomotoras y motores marinos los otros dos grandes fabricantes españoles eran La Naval de Sestao y La Maquinista Terrestre Española. Mientras que en tubos y botellas de presión no había nadie. En los tubos éramos el principal fabricante de España. En mecanización y forja había algunos talleres importantes como el de Mecánica de la Peña. En aquellos años no había competencia, se necesitaba de todo, eran años de esplendor. Se compraba todo lo que se fabricaba. Se ganaba dinero con todo.
El presidente era José Luis Torrontegui y por debajo de estaba el Comité de Dirección que lo componían los Directores de Sección: Fabricación, Forja, Maquinaria y otros. En la empresa estaba todo muy jerarquizado y escalonado, no se tenía ninguna capacidad ni autonomía para hacer nada. En la fábrica era un número más con ninguna capacidad de decisión y sin ningún tipo de ambición. En cada Sección trabajaban ingenieros, peritos y delineantes. En toda la empresa podían trabajar alrededor de cuarenta ingenieros. La fábrica tenía oficinas en Madrid y creo que otra en Lisboa.
En la Sección en la que estaba se fabricaban motores marinos y camiones. Luego me pasaron a la Sección de Planificación y Control de Producción. Me dedicaba a elaborar los planes de trabajo para un tipo de obra, realizando un estudio de horas, momentos, tiempos, y todo el proceso a seguir.
La Babcock nunca tuvo restricciones eléctricas, ni falta de suministros. Empresas como ésta tenían privilegios por sus compras masivas y no había dificultades en el acopio de materias primas. Si en esta empresa se hubiera tomado alguna previsión por parte de la Dirección no hubiera pasado luego lo que pasó.La Dirección realizó previsiones a corto plazo. No se investigaba. No se pensó en modernizar debido a que sobraba la mano de obra y era barata. Estábamos cerca de 5.000 personas.La tecnología que utilizábamos pertenecía a la Babcock americana.
En la foto inferior el Ministro de Trabajo Jose Antonio Giron visita la fábrica en 1942. La foto superior corresponde a una visita realizada por el General Franco el 20 de junio de 1944. Y por último, la foto de la izquierda se trata de una visita realizada por el Principe Juan Carlos el 11 de junio de 1944

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